martes, 7 de febrero de 2017

Hola, de nuevo...

Ocho años atrás, apareció en la sala de mi casa, se presentó y en el momento su nombre se me hizo conocido sin embargo no estaba familiarizada con su apellido. Pero el momento en el que vi que estaba acompañando a mi segunda madre, mi tía, el panorama se volvió más gris... No era alguien confiable y verlo tan aferrado a ella, resaltó mi debilidad, aquella que siempre había escondido.

Esa noche mi tía lo presentó a la familia y aclaró que nos acompañaría durante un tiempo indefinido. Aunque ella se mostraba tranquila, segura y fuerte, sus ojos reflejaban el dolor y la angustia que este nuevo inquilino representaría para todos en la casa, más para ella.

Los primeros días pasaron lento, había mucha melancolía en la casa, mi mamá, hermana de mi tía había envejecido diez años en cinco días, sus ojos no brillaban y delante de mi tía y su visita sólo sonreía aunque al darse la vuelta las lágrimas absorbieran su rostro.

Mi tía estaba dispuesta a viajar las veces que fueran a la capital, si eso aseguraba que en alguno de esos viajes, regresaría sola, sin el... Y así lo hizo, viajó durante tres meses, hasta que el le impidió regresar a su hogar, nos dijo que era necesario que ella se quedara algunas semanas junto a él y que luego dejaría de estar a su lado.

Transcurrió aproximadamente un mes, en el que él logró aferrarse a ella y ahora con mas intensidad, se unieron a él nuevos amigos, a ellos no los conocía tenían nombres extraños y no entendía de donde venían, sin embargo no tarde mucho en descubrir con que intenciones habían aparecido...

Cáncer cervicouterino, había invitado a una cantidad de amigos que sólo tenían un propósito y era acabar con la vida de mi tía y lo lograron en menos de veinticuatro horas, trombosis arterial había provocado que los doctores quisieran evacuar toda la sangre dañada de su cuerpo, para empezar con la sustitución de la nueva sangre. Pero Cáncer no se iba a rendir, se acercó lo suficiente al corazón de mi tía, hasta lograr que este cediera y se detuviera.

Conocí a Cáncer a las 18:30 horas un 28 de Julio y me despedí de él cinco meses después. Lo último que escuché de él, fue que a las 23:01 horas del 23 de diciembre, había acabado con la vida de mi tía.  Hoy llamaron a mi casa, era una de mis tias, cuando le pregunté que tal estaba, me dijo que alguien la acompañaba y que quería saludarme... Luego de ocho años, Cáncer volvió a hospedarse en mi familia con un "Hola de nuevo".